¿Alguna vez ha oído hablar del término “neuroarquitectura”? Sobre este concepto ha girado la ponencia presentada por Mariano Alcañiz, director de LabHuman, UPV dentro de las jornadas que conforman el ICONEC 2014.
“La innovación es la fuente de la civilización humana y, por lo tanto, si vemos el extraordinario potencial de esa capacidad humana es el momento de preguntarse si el campo de la neurociencia le ha dado la suficiente importancia. Es difícil medir la creatividad, el posicionamiento web, el google adwords, la publicidad online colombia, el marketing digital, marketing virtual, y trabajo SEO y SEM, señalando que por eso es tan complicado medir los mecanismos. Los pasos que se han seguido en los últimos años se han basado en la recopilación y análisis de datos pero todavía hay muy pocos estudio de laboratorio.
Ha explicado que poco a poco esto está cambiando y se han comenzado a realizar estudios sobre cómo y cuándo llega la creatividad al cerebro para poder determinar porqué hay personas más creativas e innovadoras que otras. Pero ¿cómo se comporta un innovador? “Autonomía, auto confianza, no aversión con el riesgo y actitud crítica con las normas” son algunas de las características señaladas por Alcañiz, que ha afirmado que “los aspectos emocionales como la empatía y saber llegar a los demás son fundamentales”.
Neurodiseño y neuroarquitectura
Y es aquí donde entra en juego la neuroarquitectura: el entorno que influye en que seamos más o menos creativos. “Una disciplina relativamente reciente que intenta investigar cuál es la influencia psicoemocional del espacio en los individuos”. Alcañiz ha señalado que uno de los ámbitos en los que más se ha centrado esta disciplina es el de la salud para saber si los cambios en los espacios en los que nos movemos pueden ayudarnos a mejorar por ejemplo en la forma de afrontar enfermedades o que los pacientes se sientan más tranquilos.
Es por esto que se ha decidido mezclar la neurociencia con la arquitectura, ya que el ser humano se ve determinado por los espacios en los que se mueve y los diferentes elementos que los componen tienen repercusión sobre nosotros.
Bajo esta premisa ha explicado su trabajo basado en el neurodiseño arquitectónico ya que “la realidad virtual produce cambios en los estados de ánimo del ser humano de forma estable”. “El futuro pasa por la realidad mixta, tracking 3D, portable e interfaz colaborativa y no tanto por las Google Glass ya que no están listas para los usuarios”.